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Medio Ambiente

Bruselas propone reorganizar el espacio aéreo de la UE para reducir el CO2

Bruselas propone reorganizar el espacio aéreo de la UE para reducir el CO2

David Zalubowski | EFE

La Comisión Europea (CE) quiere reorganizar la gestión del tráfico aéreo en la Unión Europea para mejorar la eficiencia de la aviación y reducir las emisiones contaminantes de un sector responsable de alrededor del 3,6% del CO2 liberado en la UE.

Lo más importante: la iniciativa, que quiere contribuir al objetivo de la Comisión de alcanzar la neutralidad climática en 2050, plantea medidas como facilitar vuelos a altitud óptima, que los aviones eviten zigzaguear entre diferentes bloques aéreos o posibilitar un descenso continuo y más eficiente de las aeronaves, entre otros puntos.

En comparación con las trayectorias óptimas, las rutas que actualmente toman los aviones en Europa –Estados miembros de la UE y asociados como Noruega o Suiza– suponen un 6% adicional de emisiones de CO2, vertido que podría incluso llegar hasta el 10%, según los datos que maneja el Ejecutivo comunitario. «Un vuelo a 600 metros de altitud por debajo del óptimo en un trayecto de 3 horas entre Madrid y Copenhague genera unos 300 kilos extra de CO2», declaró en rueda de prensa la comisaria europea de Transporte, Adina Valean.

Mientras que las emisiones totales en la UE cayeron un 23% entre 1990 y 2018, las del sector de la aviación aumentaron en Europa cerca de un 16% desde 2005, según la Organización Internacional de la Aviación Civil (ICAO), que proyecta que las emisiones globales de la aeronáutica podrían llegar a subir hasta un 300% para 2050.

La nueva propuesta de Bruselas se apoya en el fallido intento de la Comisión de reformar el llamado Cielo Único Europeo en 2013, iniciativa que no llegó a prosperar en las negociaciones tripartitas con el Consejo, que representa a los Estados miembros, y el Parlamento Europeo.

«Una razón clave para el estancamiento de las discusiones (en 2015) fue el desacuerdo entre el Reino Unido y España sobre el estado del aeropuerto de Gibraltar. Tras el Brexit, este obstáculo ya no existe», sostiene la Comisión Europea en su propuesta.

Las grandes líneas de aquella iniciativa «permanecen en gran parte inalteradas, mientras que algunas se han actualizado para reflejar las nuevas prioridades y cambios en el sector de la aviación», agrega la CE.

Por ejemplo, se plantea atribuir derechos de navegación aérea en función de la huella de carbono de cada operador y crear un regulador económico dependiente de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, en inglés), y no de la Comisión Europea, que revise el desempeño de los servicios en ruta.

La Comisión también quiere dejar atrás los llamados Bloques Funcionales Aéreos (FAB), que pretendían crear espacios aéreos transfronterizos para reducir la fragmentación, agrupando por ejemplo España con Portugal o Francia con Alemania, el Benelux y Suiza.

«Han demostrado no ser tan eficientes. Abandonamos este concepto» en favor de «más coordinación» y «cooperación regional», señala la comisaria, que también prevé un papel más destacado de Eurocontrol, que gestionará la red hasta 2029.

La propuesta prevé también la creación de un «espacio de información común» en el que «todos los participantes, tripulados o no, compartan información para mejorar la gestión de las rutas», agrega la comisaria, que abogó también por alumbrar un «mercado para servicios de datos», con el foco puesto en el prometedor mercado de los drones. La propuesta de la Comisión deberá negociarse a continuación con el Consejo y el Parlamento Europeo.

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