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Una de cada cinco 'apps' infantiles podría estar recopilando datos de menores ilegalmente

Una de las informaciones que las aplicaciones obtienen de sus usuarios de forma habitual es su ubicación, así como el identificador único

Una de cada cinco ‘apps’ infantiles podría estar recopilando datos de menores ilegalmente

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Un gran número de apps dirigidas a un público infantil recopilan datos de sus usuarios de manera ilegal. En concreto, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California, el 19% de las aplicaciones de este tipo recopila algún tipo de información personal a través de terceros sin ajustarse a las leyes. 

Los investigadores han analizado el cumplimiento del Acto de Protección de la Privacidad Online de los Menores de Estados Unidos y, según los resultados obtenidos en el estudio, entre las aplicaciones más populares desarrolladas para el público infantil, el 57% vulnera la privacidad de los menores

Además, los datos de este trabajo muestran que el 5% de las aplicaciones analizadas recopilan datos sobre la localización o el contacto sin una autorización parental verificada, según destacan los autores. 

«Aunque no podemos saber el número real de apps para niños que hay en Play Store, creemos que nuestros resultados son representativos, pues las que hemos examinado representan las más populares entre las que son gratuitas», señalan los autores del estudio. 

«Esto es prácticamente universal» 

A pesar de que el estudio está hecho en Estados Unidos, esta situación es extrapolable a otros países. «Esto es ahora mismo prácticamente universal», dice a THE OBJECTIVE César Córcoles, profesor e investigador de los estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). 

Hay que tener en cuenta, señala Córcoles, es que muchos desarrolladores de aplicaciones no son grandes empresas que tengan un equipo legal en cada país en el que se puede descargar su producto, por lo que «en general, no tienes los recursos como para investigar todas las normativas de todos los países y para ajustarte a ellas dependiendo de dónde esté el niño». 

«Con lo cual, sí tenemos las protecciones generales, como el Reglamento General de Protección de Datos, pero las regulaciones que puede haber en determinados lugares para niños no tienen demasiado peso en la práctica», añade Córcoles. «Hay que pensar que la gente que desarrolla estas aplicaciones a veces son empresas enormes que sí que tienen departamentos legales repartidos por todo el planeta para asegurarse de que cumplen con cada normativa en cada lugar, pero que muchos pequeños desarrolladores no tienen estos recursos». 

Afortunadamente, señala el experto, «Apple ha endurecido las condiciones de las aplicaciones y el acceso que les da a los datos del sistema operativo, con lo que podemos esperar que algo haya mejorado, y Android lo va haciendo poco a poco». 

La ubicación, uno de los datos más comunes

Una de las informaciones que las aplicaciones obtienen de sus usuarios de forma habitual es su ubicación. Esto, que en algunas ocasiones tiene sentido, pues puede ser necesaria para ofrecer el servicio, como una aplicación de mapas o del tiempo, en otras es totalmente innecesario. 

También recogen con frecuencia el identificador único, es decir, la cuenta de correo que se haya usado para registrarse en la app. Con menos frecuencia, explica Córcoles, que también es director del máster de Desarrollo de Sitios y Aplicaciones Web de la UOC, tienen acceso a los contactos y a las imágenes del dispositivo. Sobre el micrófono y la cámara, señala que es mucho menos habitual y «por defecto la mayor parte de las aplicaciones no tiene permiso» para usarlos. 

¿Qué dice la ley? 

Según el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), el consentimiento solo será válido a partir de los 16 años, con lo que para tratar datos de personas que no tengan esta edad será necesario contar con la autorización de sus padres o tutores legales. En el caso de España, dado que el reglamento permite a los estados miembros establecer una edad inferior, el límite se sitúa en los 14 años.

Además, se están dando pasos adicionales para proteger al menor en los entornos digitales, según explica Sergio de Juan-Creix, profesor de Derecho del grado de Comunicación de la UOC. «Conscientes del problema que suscita el creciente acceso de los menores a internet, nuestra nueva LOPDGDD plantea en su disposición adicional decimonovena que se promueva una ley dirigida específicamente a garantizar los derechos de los menores ante el impacto de internet». 

Sin embargo, la legislación puede no seguir el ritmo de los cambios digitales, señala el experto, y por eso considera que lo mejor es «tener normas neutras y buenos mecanismos de protección del menor». 

Por parte de los usuarios, hay maneras de prevenir que se obtengan ciertos datos a la hora de usar las apps. Por ejemplo, Córcoles recomienda limitar los permisos de ubicación al momento en el que se esté usando la aplicación y esta esté en primer plano, o que la ubicación a la que acceda no sea exacta si esta no es necesaria para el servicio que ofrece.

Además, «conviene asegurarse de los controles parentales que ofrecen tanto Android como iOS para poder ejercer un pequeño control de lo que hace el menor con estas aplicaciones y vigilar los permisos que les damos», dice Córcoles. 

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