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Sociedad

Un muñeco «asesino» se viraliza en redes y desata actitudes violentas entre los niños

Se han denunciado numerosos casos de niños que han intentado imitar al monstruo, abrazando a sus compañeros con todas sus fuerzas para asfixiarlos

Un muñeco «asesino» se viraliza en redes y desata actitudes violentas entre los niños

Huggy Wuggy, personaje del videojuego Poppy Playtime | EnJPG (Pinterest)

Su nombre es Huggy Wuggy, un juego de palabras que podría traducirse al español como «abracito» , pero este siniestro muñeco azul no tiene nada de abrazable. De aspecto aparentemente simpático e inofensivo, esta versión creepy del Monstruo de las Galletas se ha hecho viral entre los niños de medio mundo, que han comenzado a consumir todo tipo de contenidos violentos y a replicar los comportamientos agresivos de este terrorífico personaje de videojuego, ante el estupor de las autoridades y el temor de los padres.

Esta corriente de violencia infantil se inició en Inglaterra, pero ya está dejando sus primeros efectos en España, donde varios centros escolares de nuestra geografía, como el colegio Cristo Crucificado de Murcia, han prohibido a los niños acudir a clase con merchandising del inquietante peluche azul.

La peligrosa influencia de las redes

El elemento más característico de Huggy Wuggy, más allá de su imagen festivo-agresiva, es que posee la sádica «habilidad» de abrazar a sus víctimas hasta matarlas, algo que, según la opinión de Bárbara Zapico, psicóloga experta en terapia infantil, constituye una mezcla de amor y violencia «equiparable a una relación de maltrato de pareja» . Esta retorcida originalidad, tan cotizada hoy en día en el universo de las redes, ha elevado rápidamente a este muñeco asesino al olimpo de internet, donde, sobre todo en TikTok y Youtube, se han popularizado los reels de usuarios jugando al título y se publican continuamente todo tipo de escenas del monstruo explícitamente violentas.

«Que un niño consuma violencia de forma sistemática no significa que vaya a cometer un acto violento, pero se produce una peligrosa normalización de estas situaciones», apunta en declaraciones a THE OBJECTIVE Zapico, que además subraya que «la influencia que tienen las redes sociales en niños y adolescentes es enorme» , y destaca que el formato abreviado de sus contenidos contribuye al «consumo rápido» y al «sesgo informativo».

Hace unos meses, el personaje saltó de los videojuegos a la vida real para convertirse en un peluche que causó furor entre los niños del Reino Unido, donde ha alcanzado mayor repercusión. Desde entonces, se han reportado numerosos casos de niños que han intentado imitar al monstruo en los patios de colegio, abrazando a sus compañeros con todas sus fuerzas mientras cantan su canción.

Mi nombre es Huggy Wuggy, los dientes afilados te dejan ensangrentado, nunca me llames feo, abrázame hasta que mueras / En la oscuridad estoy esperando, no hay escapatoria, ¿no sabes que estoy detrás de ti?, más cerca de lo que crees / Mi nombre es Huggy Wuggy, cuerpo esponjoso y tierno, ¿no quieres venir y abrazarme?, abrázame hasta que mueras. Son solo algunas de las estrofas que componen la tétrica melodía.

La cantidad de denuncias se ha disparado de tal manera que la policía de algunos condados como el de Dorset han tenido que emitir una advertencia a la ciudadanía. Pero no han sido los únicos, autoridades de varios países ya han lanzado avisos sobre el peligro que representa este truculento personaje, recomendando expresamente a los padres que eviten que sus hijos menores consuman cualquier tipo de material relacionado con el juego.

Beth Buxton, una madre británica, declaró al medio Sky News que su hijo de tres años se obsesionó con Huggy Wuggy de tal forma que «no sabía la diferencia entre la realidad y el juego». «Intentó trepar por la ventana de mi habitación diciendo que moriría y volvería a la vida, como hace Huggy Wuggy», contó.

Tomando este ejemplo como referencia, la psicóloga explica que «los niños están sometidos a una cantidad de información que el cerebro es incapaz de procesar, lo que puede llevar a una confusión que deriva en esta serie de comportamientos».

Sin embargo, estos sucesos no han impedido que la fama del muñeco asesino crezca. Al contrario, resulta casi imposible encontrar stock del peluche original, lo que ha provocado que el mercado de las falsificaciones haya puesto toda su maquinaria en marcha para que Huggy pueda encontrarse en todo tipo de comercios. De hecho, muchos niños españoles ya portan mochilas con la forma del cuerpo de este «Chucky moderno».

Ante este escenario, la Policía Local de Santa Pola ha instado, con alguna dosis de ironía, a que los padres controlen el contenido de lo que ven sus hijos en las redes sociales. En su recomendación hacen hincapié en la «violencia» de las escenas que «no son adecuadas para ciertas edades».

La Policía Local de Santa Pola advierte sobre Huggy Wuggy (y Kissy Missy)
El muñeco Huggy Wuggy en actitud amenazante

Un videojuego no apto para niños

Este bizarro personaje es uno de los villanos de Poppy Playtime, un peculiar videojuego del género survival horror creado por la desarrolladora independiente MOB Games y lanzado en la Navidad de 2021. El título, que está catalogado para mayores de 12 años, pronto se convirtió en todo un fenómeno y comenzó a circular por los canales de juegos de YouTube y Twitch, generando todo tipo de contenidos, la mayoría no apto para todos los públicos.

A este respecto, Zapico defiende la prohibición de esta clase de juegos a los niños, y justifica su postura aludiendo a los «miedos evolutivos», una serie de temores que van cambiando a medida que crecemos y que para los pequeños pueden ser más «irreales» y «difusos». «Si a esos miedos evolutivos naturales les añadimos otros nuevos, los niños se ven desbordados a nivel anímico y no saben gestionar esas emociones».

En este videojuego, el jugador asume el papel de un ex empleado de una fábrica de juguetes abandonada que vuelve a visitar diez años después de que el personal desapareciera aparentemente sin dejar rastro.

Al poco tiempo de entrar en el edificio, el protagonista se topa con Huggy Wuggy, un peluche absolutamente espeluznante, con extremidades interminables que se mueven de forma perturbadora, garras amarillas, dientes afilados como cuchillas y una boca gigantesca capaz de helar la sangre incluso a los jugadores curtidos en las aventuras de terror más acongojantes. Pero Huggy Wuggy no es aterrador solo por su apariencia, y es que la misión de este trastornado personaje no es otra que la de abrazar hasta asfixiar a aquellos a quienes osen adentrarse en la fábrica de juguetes en la que se encuentran él y sus esbirros, entre ellos Kissy Missy, su compañera homóloga pero de color rosa.

Los creadores responsabilizan a los padres

En medio de la tremenda polémica generada en torno a su videojuego, la empresa desarrolladora ha manifestado que «es responsabilidad de los padres vigilar el contenido que ven sus hijos en internet». En esta misma línea se encuentra la experta, que considera «importantísimo hacer un llamamiento a los padres para que apliquen un control parental y vigilen lo que ven sus hijos».

En lugar de recular, desde la compañía han adelantado que están trabajando en una versión para móvil del juego que protagoniza «Huggy Wuggy», lo que sin duda hará que se incremente la popularidad del personaje entre los más pequeños.

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