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Los minutos exactos que debe durar una siesta para que sea efectiva

Unos minutos de descanso no benefician a nadie, mientras que una hora de siesta te deja aturdido durante el resto del día

Los minutos exactos que debe durar una siesta para que sea efectiva

Una persona echándose la siesta.

Los españoles pueden sentirse orgullosos de varias tradiciones que provienen de su país de origen: la sangría, las festividades, la gastronomía, el sol y, por supuesto, las siestas.

No hay nada mejor que ese breve descanso después de comer, que ha sido idealizado en gran medida (para algunos extranjeros, dura tanto que prácticamente se fusiona con el tiempo de sueño nocturno).

Este hábito nos permite enfrentar la tarde restante con claridad mental y un estado de ánimo mucho más positivo.

Sin embargo, abordemos una cuestión importante: ¿cuánto tiempo debería durar realmente una siesta? Esta es una pregunta que la ciencia ha estado intentando resolver durante algún tiempo.

siesta
Utilizar un despertador para las siestas de 20 minutos

Una siesta de 30 minutos o más, le da al cuerpo el tiempo necesario para sumergirse en un sueño profundo y revitalizante, específicamente en las ondas lentas.

En cambio dormir durante un período prolongado (una hora o más) o despertarse de un sueño de ondas lentas puede provocar una sensación de aturdimiento.

Por lo que la duración perfecta para una siesta sería una suficientemente larga para conseguir que descanses, pero suficientemente corta para prevenir el aturdimiento.

Para que sea efectiva una siesta ¿cuántos minutos debería durar?

Los especialistas revelan que la duración óptima para una siesta que proporcione un descanso reparador es de 10 a 20 minutos. En este periodo, el cuerpo entra en la primera fase superficial del sueño y puede alcanzar la segunda etapa, donde tanto la respiración como el ritmo cardíaco se vuelven más lentos.

A partir de los 20 minutos, se adentra en fases más profundas que pueden resultar en despertares aturdidos y dificultades para volver a las actividades diarias. Para completar las cinco etapas del sueño, se necesitan entre 90 y 110 minutos.

Sin embargo, hay algunas excepciones a tener en cuenta, según informa Mel Magazine. Cuando estás enfermo, por ejemplo, tu cuerpo puede necesitar más tiempo de sueño, lo que podría traducirse en siestas más prolongadas.

Además, los niños y adolescentes, en general, requieren más horas de sueño que los adultos, por lo que podrían beneficiarse de siestas más extensas.

Si no quieres privarte de siestas más largas

Descansar durante 90 minutos o más permite que tu cuerpo complete todo el ciclo de sueño, lo cual debería contribuir a que te sientas mejor en el largo plazo. Por lo que si realmente quieres tomarte una siesta más extensa, no hay razón para privarte de ello.

Si tu cuerpo necesita un periodo de siesta más largo, adelante. Dormir durante esos 90 minutos o más permite que pases por todas las fases del sueño, lo que debería tener beneficios a largo plazo para tu bienestar.

Solo asegúrate de no tener compromisos importantes inmediatamente después de tu siesta prolongada, ya que es probable que al despertar te sientas un poco desorientado y necesites tiempo para “resetear” y recordar cómo funcionan las cosas en el mundo real.

¿Cuáles son los beneficios de una siesta efectiva?

Echarse la siesta aporta significativos beneficios para la salud.

  • Aumenta la creatividad. Investigadores de la Universidad de Georgetown descubrieron que la siesta estimula la actividad del hemisferio derecho del cerebro, asociado con la creatividad.
  • Aumenta la concentración. Facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo.
  • Facilita la resolución de problemas. Alcanzar la fase de sueño de gran actividad cerebral (REM) durante la siesta ayuda a despejar la mente y clarificar las conexiones entre ideas.
  • Facilita el aprendizaje. Un estudio de la Universidad de Berkeley indica que quienes duermen la siesta tienen un rendimiento superior por las tardes. Se observa un aumento del 10% en la capacidad de aprender cosas nuevas.
  • Mejora el estado de ánimo. Durante el sueño, el cerebro se inunda de serotonina, un neurotransmisor regulador del sueño, apetito y estado de ánimo. Y esto proporciona una sensación de felicidad y bienestar.
  • Previene enfermedades cardiovasculares. Según la Fundación Española del Corazón, dormir la siesta contribuye a reducir en un 37% el estrés y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

El ‘mejor’ horario para echarse la siesta

La mejor hora para tomar la siesta sería después de comer, idealmente durante el periodo de máxima somnolencia que va de las 13:00h a las 16:00h. No obstante, es recomendable que no se extienda más allá de las 15:00 horas para evitar interferir con el sueño nocturno.

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