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Abanicos: el complemento favorito del verano que estás obligada a actualizar

Después de siglos de historia, el abanico se ha vuelto a poner de moda después de que celebrities como Madonna o Beyoncé lo luzcan en alfombras rojas y videoclips

Abanicos: el complemento favorito del verano que estás obligada a actualizar

Rossy de Palma en el Festival de Cannes | Gtres

Nadie duda de que el abanico es un complemento muy nuestro porque está íntimamente ligado a la cultura y tradición española, a nuestra historia y personajes. Después de siglos de historia, aún hoy sigue cumpliendo a la perfección su cometido: servirnos de ayudar para soportar las sofocantes  temperaturas del verano

Este accesorio puede presumir de ser un imprescindible y escapar a todo tipo de modas y tendencias. Uno de sus grandes secretos es que sirve para todos los públicos ya que no está vinculado a ninguna edad y puede ser utilizado tanto por mujeres como por hombre. Si pensabas que había caído en el olvido, estás muy equivocada, este año vuelve con una fuerza increíble que lo adapta a los nuevos tiempos.

A decir verdad, nunca ha caído en el olvido. Incluso Oscar Wilde le dedicó una obra teatral con El abanico de Lady Windermere. Pero si nos fijamos en los personajes contemporáneos podemos ver como es un accesorio que adoran muchas celebrities, desde Almodóvar a Antonio Banderas pasando por Madonna o Beyoncé. Además, este año se ha convertido en todo un mito gracias a la actuación de Chanel en Eurovisión donde se convirtió en pieza clave de su puesta en escena.

Decídete a darle un nuevo aire a tus looks de verano incorporando al abanico en muchos de ellos. Para que puedas acertar, desde THE OBJECTIVE vamos a ofrecerte toda la información que necesitas saber sobre su tradición y dónde, cómo y con qué acompañarlos en pleno año 2022.

Un poco de historia

Si queremos conocer los inicios del abanico, deberemos de retroceder en el tiempo hasta el Imperio Egipcio. Durante aquellos siglos se utilizaban de grandes tamaños y con lujosos materiales, como plumas, para mitigar el calor en las grandes ceremonias. De los egipcios pasaron a los griegos que imitaron su forma de uso, muy diferente a la que hoy conocemos.

'La Dama del abanico', obra del siglo XVI de Alonso Sánchez Coello (fuente: Museo del Prado)
‘La Dama del abanico’, obra del siglo XVI de Alonso Sánchez Coello (fuente: Museo del Prado)

El abanico que hoy conocemos, más práctico, pequeño y plegable, es un invento chino del siglo VII. Su creador se inspiró en la anatomía de las alas de los murciélagos para desarrollarlo y se extendendió por el continente asiático en los siguientes siglos. A Europa llegaría un poco más tarde, en el siglo XV y de la mano de los portugueses que lo importaron de sus rutas comerciales con oriente.

Pasaron los años y se empezaron a fabricar en las grandes escuelas en todo el continente europeo. En España se creó la Real Fábrica de Abanicos que convirtió a nuestro país en toda una potencia productora de este accesorio rivalizando con vecinos como Francia o Italia.

En la Francia de Luis XIV y Luis XV, el abanico se convirtió en todo un símbolo de prestigio, riqueza y posición. Es el momento de máximo esplendor donde cualquier material lujoso era digno de dar aire a su poseedor. Pinturas exquisitas, papeles procedentes de China, tafetán de Florencia o delicadas pieles españolas, eran capaces de dar vida a verdaderos objetos de colección.

En estos primeros tiempos el abanico era usado tanto por mujeres como por hombres, pero con alteraciones. En el caso del abanico masculino, su tamaño era menor para que cupiera en los bolsillos. Sin embargo, es a principios del siglo XX cuando el hombre abandona su uso y se convierte en un accesorio ligado por completo a la moda femenina.

Abanico del siglo XIX procedente de Cantón (fuente: Museo del Traje)
Abanico del siglo XIX procedente de Cantón (fuente: Museo del Traje)


Hoy en día, la producción masiva vuelve a estar en Oriente, con China a la cabeza. Esto pone en riesgo la labor tradicional del abanico artesanal que se encuentra en peligro de extinción al no poder competir con los precios de una producción a gran escala.

El favorito de las ‘celebs’

A pesar de la competencia de las grandes compañías asiáticas, en Europa aún se pueden encontrar verdaderas joyas fabricadas a mano. El último exponente en ponerse de moda es Olivier Bernoux, un creador franco español que ha vuelto a situar al abanico en el radar trendy.

«Aunque parece que se renueva cada verano, lo cierto es que en otoño e incluso en inverno, en Canadá o en Túnez, es siempre propicio llevar uno en el bolsillo», advierte el artista que cuenta con una firma propia con su mismo nombre. Desde ella, realiza diseños por encargo a celebrities de la talla de Madonna a la que hemos podido ver con sus creaciones en la celebración de su cumpleaños o en algunos de sus últimos videclips.

Los primeros recuerdos del abanico transportan a Bernoux hasta sus veranos infantiles con sus abuelos en un pueblo de Almería. «Los abanicos han sido un complemento que me ha fascinado desde niño», comentaba en una charla con la agencia Efe. Sin embargo, sus pasos profesionales le encaminaron a licenciarse en Económicas, una carrera que le hizo aterrizar en Loewe donde recuperó la fascinación por el trabajo artesanal.

En su tienda taller se investiga a diario con nuevos diseños y materiales para dar vida a los abanicos del futuro. Sus propuestas combinan la mejor tradición con la vanguardia convirtiendo su estudio en un laboratorio de moda donde, junto a las máquinas de cosre, se encuentran todo tipo de telas, varillas y adornos.

Bernoux está orgullo de ser uno de los artífices de reforzar la creación de los abanicos aunque lamenta que haya trabajos, como los bordados a mano o la marquetería, que poco a poco se están perdiendo. Desde sus tiendas de Madrid y Sevilla, sus diseños viajan por todo el mundo ya que cuentan con clientes en países como Estados Unidos, Italia, México, Jordania, Suiza o Emiratos Árabes. Además, aún saca hueco para formar a otros artesanos para conseguir que no se pierda el oficio.

Entre su clientela selecta, destacan celebrities como las cantantes Beyoncé y Madonna que son clientas fieles a sus diseños. «Madonna contactó con nosotros y pidió varios abanicos personalizados con palabras como Fuck, Bitch o I’M Hot, cuando se abren», confiesa el creador.

Las nuevas tendencias

Hoy podemos encontrar abanicos de todo tipo de materiales, como sedas y plumas de avestruz, y adornos como flecos, cristales de Swarovski, tachuelas o bordados. Entre las grandes novedades se encuentra la incorporación del lino y la recuperación de maderas como el palo santo, el ébano o el olivo. Estas maderas tienen que ser trabajadas por manos expertas que consigan esa peculiar forma de abrirse y cerrarse de manera fácil pero resistente. La finalidad de los nuevos creadores es volver a crear piezas que puedan pasar de generación en generación perdurando en el tiempo.

Nieves Álvarez con abanico de plumas rosas (@olivierbernoux)
Nieves Álvarez con abanico de plumas rosas (@olivierbernoux)

Con estos materiales y trabajo artesanal, este tipo de abanicos pueden comprarse con precios a partir de los 50 euros. Sin embargo, dependiendo de sus peculiaridades, podemos encontrar ejemplares que pueden alcanzar los 3.000 euros al ir adornados con diamantes.

Aunque la tradición marca que los hombres deben de utilizar los abanicos de tamaños pequeños, la verdad es que esta distinción se está perdiendo en la actualidad. «Un hombre tiene tanto calor como una señora», señala Olivier Bernoux. Por ello, diseña creaciones masculinas en formatos grandes e informales donde se hace uso de tejidos de camisas.

Rossy de Palma en el Festival de cine de Cannes (fuente: Gtres)
Rossy de Palma en el Festival de cine de Cannes (fuente: Gtres)

Otras de las novedades que podemos encontrar en las nuevas colecciones son diseños divertidos, atrevidos tonos fluorescentes, que suelen ser los preferidos de las clientas más jóvenes e, incluso, materiales que son capaces de cambiar de color con el calor.

La actual fiebre del abanico viene muy apoyada por haberse convertido en un elemento clave para los looks de fiestas y bodas. Para estos momentos, los diseños favoritos son las piezas de mayor tamaño que capten todas las miradas. Para inspirarte, solo tienes que ver las últimas alfombras rojas donde las modelos, actrices o cantantes están haciendo gala del abanico. Un buen ejemplo lo pudimos ver en el Festival de Cannes donde Rossy de Palma lució una variada colección de abanicos a juego con su outfits.

Aprende su idioma

Los abanicos se convirtieron en una pieza esencial del atuendo femenino durante los siglos XIX y principios del XX. En aquella época, las jóvenes estaban obligadas a verse en público acompañadas por su madre o una señorita de compañía que velaba por su buen comportamiento.  Sin embargo, la picaresca hizo que se inventase un lenguaje secreto haciendo uso de los abanicos para comunicarse con sus pretendientes sin que nadie se diera cuenta.

La cantante Gloria Trevi con abanico rojo (@olivierbernoux)
La cantante Gloria Trevi con abanico rojo (@olivierbernoux)

Existieron muchos tipos de lenguajes del abanico que se valían de las diferentes posiciones que podían adoptar para mandar todo tipo de mensajes. Estos lenguajes perduraron hasta hace relativamente pocas décadas. Si quieres aprender un nuevo idioma y apoyar a que no se pierda esta curiosa tradición, aprende los mensajes más habituales para ponerlos en práctica de manera secreta.

  • Apoyarlo en la mejilla derecha: sí
  • Apoyarlo en la mejilla izquierda: no
  • Sostener el abanico delante del rostro con la mano derecha: sígueme
  • Mantenerlo en la oreja izquierda: deja de molestarme
  • Moverlo con la mano derecha: estoy interesada en otro hombre
  • Moverlo con la mano izquierda: nos están vigilando
  • Deslizarlo sobre los ojos: márchate, por favor
  • Cambiarlo a la mano derecha: eres un osado
  • Dejarlo deslizar por la mejilla: te quiero
  • Dejarlo cerrado: ¿me quieres?
  • Tocar con el dedo el borde: quiero hablar contigo
  • Abrirlo y cerrarlo: eres cruel
  • Dejarlo colgando: podemos ser amigos
  • Abanicarse muy despacio: estoy casada
  • Abanicarse muy deprisa: tengo pareja
  • Abierto tapando la boca: estoy sola
  • Apoyar el abanico sobre los labios: quiero que me beses
  • Abrirlo despacio: espérame
  • Golpearlo cerrado sobre la mano izquierda: escríbeme
  • Semicerrarlo: no puedo

Ya sea como complemento de tu outfit, o como juego de seducción, te sobran los motivos para empezar a crear tu propia colección de abanicos.

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