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Economía

Patrik Bergareche (Just Eat): «La Ley Rider es positiva y deseable»

Hablamos con el director general de Just Eat España, la única gran plataforma que se ha mostrado a favor de la Ley Rider

Patrik Bergareche (Just Eat): «La Ley Rider es positiva y deseable»

Cedida | Just Eat

Ni Deliveroo, ni Uber Eats, ni Glovo. La única de las grandes plataformas de reparto de comida a domicilio que en España se ha mostrado a favor de la Ley Rider es Just Eat. Con el decreto ley que obliga a estas empresas a contratar a sus repartidores —llamados riders— próximo a convalidarse, el director general de Just Eat en España, Patrik Bergareche, se muestra satisfecho. Dicha medida tendrá un gran impacto las plataformas que tenían a sus riders en régimen de autónomos, pero no a Just Eat, ya que no venía optando por esa relación laboral con sus repartidores.

«Hacemos una valoración positiva» de la Ley Rider, cuenta Bergareche a The Objective. Y esgrime tres razones. «La primera es que pone fin a una situación de inseguridad jurídica bastante sangrante en el sector, que hacía, por ejemplo, que unas plataformas tuviéramos que asumir unas obligaciones y otras no, como las contribuciones a la Seguridad Social que hace Just Eat al año, que están entre 15 y 20 millones de euros, cuando no las tienes que pagar si los repartidores son autónomos. Eso tiene un elemento de desventaja competitiva, que es la segunda razón. Y la tercera es que es una ley que tiene como intención buscar un equilibrio entre innovación y protección social».

«Una buena demostración» de que estamos ante «una ley deseable», valora Bergareche, «es que la propia mesa de diálogo social, en la que han participado la CEOE, Cepyme, los sindicatos y el Gobierno, han llegado a un consenso y hay pocas leyes en nuestro país que hayan llegado por la vía del consenso». Con todo, el director general de Just Eat España cree que la ley peca de falta de ambición. «Creo que no es suficiente», zanja. «Esta ley resuelve un problema concreto, que es la cuestión de la relación laboral», pero «sería infinito el listado de cosas adicionales que quedan por hacer» y, por lo tanto, «queda mucho camino por andar». Para empezar, porque «las leyes que tenemos ahora mismo en muchas ocasiones preceden a la existencia de internet y, por lo tanto, esto es una conversación viva que tiene que ocurrir entre el regulador, las empresas y los agentes sociales».

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Patrik Bergareche, director general de Just Eat en España. | Foto: Cedida | Just Eat

Teniendo en cuenta la «inseguridad jurídica» que supone la falta de una Ley Rider y la «desventaja competitiva» que implica para Just Eat, ¿por qué esta empresa no optó por el modelo de autónomo? En primer lugar, porque «para dar un buen servicio, tienes que tener una plantilla con un mayor nivel de afiliación», responde Bergareche; en segundo, porque, «al incorporarme director general de Just Eat España, los abogados me dijeron, con meridiana claridad, que el único modelo plenamente legal en España es el de empleado; otra cosa es que hubiera una zona gris incierta», añade. «No nos podíamos permitir un proceso de judicialización costoso y con un alto impacto reputacional en la marca».

Es lo que le ha ocurrido, por ejemplo, a Glovo y Deliveroo. «En la sentencia del Tribunal Supremo de noviembre», recuerda el directivo, «se establecía que un repartidor de Glovo tenía una relación laboral con la empresa, pero muchas de las críticas fueron que aquello era un caso particular». Sin embargo, «la semana pasada hubo una segunda, que, en este caso, fue un auto del Supremo en un caso de 500 repartidores de Deliveroo [532, concretamente], que estableció también que la relación era laboral». Dicho auto establecía que estos riders operaban en fraude de ley y que debían ser asalariados.

Pero más allá de las críticas a la Ley Rider por parte de las plataformas de delivery que emplean el sistema de autónomos (esperables, toda vez que la ley obliga a regularizar la situación laboral de sus repartidores), también ha habido protestas por parte de los propios riders, que han llegado a concentrarse en el Congreso de los Diputados en rechazo a la ley. «La ley hace una presunción de laboralidad», dice Bergareche. Pero esto «no significa que todos los trabajadores relacionados con la economía de plataformas digitales como la nuestra tengan que ser empleados», explica.

«El modelo autónomo no es equitativo para todos. Es decir, si tú quieres trabajar 80 horas, es verdad que, si ahora te van a forzar a trabajar 40 horas por el modelo de empleado, vas a ganar menos. Pero hay cientos manifestándose en un colectivo de decenas de miles y eso es porque creo que para el conjunto del colectivo es una buena noticia porque van a saber exactamente el mínimo de horas que tienen que trabajar, el mínimo de dinero que van a tener que cobrar. Yo a estos repartidores lo que les diría es: “Entiendo que la ley no es perfecta para todos”, pero también les diría: “Nadie os está impidiendo que os hagáis autónomos en cooperativas y ¿realmente no es precario trabajar 80 o 100 horas a la semana?”. Lo que no vale es no querer precariedad, pero luego estar dispuesto a trabajar 80 horas».

«Creo que todas las empresas grandes de delivery hicieron ERTE menos Just Eat»

Otra de las críticas vertidas sobre la Ley Rider es que los sobrecostes derivados de contratar a los repartidores recaerán finalmente sobre el consumidor, sobre los restaurantes a los que se hace el pedido o sobre los propios riders. Pero Bergareche considera que hay que hacer «la pregunta al revés: “Si estas empresas estaban dispuestas a asumir pérdidas millonarias con el modelo de autónomo, porque la única empresa que fue rentable en España en los años 2018 y 2019 fue Just Eat, ¿por qué resulta que ahora, cuando tengan que entrar en un marco regulatorio ya firme, tengan que pagar el pato el consumidor o el restaurante?”. Just Eat, desde luego, no ha cobrado más para poder sostener ese modelo».

La Ley Rider llega en plena pandemia y la cuestión no es baladí. Las plataformas de delivery vivieron un auge en 2020. Bergareche aporta algunas cifras: «Entre el año 2010 y el 2019 incorporamos 8.000 restaurantes y en el año 2020 incorporamos otros 8.000». En cuanto a la plantilla, «la primera decisión fue si hacíamos o no hacíamos un ERTE porque el primer mes y medio se derrumbó al estar los restaurantes cerrados. Yo creo que todas las empresas grandes menos Just Eat hicieron ERTE, pero nosotros no. Dijimos: “Aguantamos a la plantilla mientras podemos, vamos a ver cómo evoluciona todo esto y, si vemos que esto no remonta, tendremos que tomar decisiones más drásticas”. Pero aguantamos el timón y, de hecho, pocos meses después empezamos a aumentar la plantilla para poder atender toda esta demanda y todavía a día de hoy y estamos incorporando un montón de perfiles».


FE DE ERRORES: Una versión anterior de este artículo decía que el decreto ley del Gobierno había sido aprobado ya.

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