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España

Rafael Hernando: «Hemos convertido en un 'Sálvame' la actuación de los políticos»

Repasamos el resultado del debate Sánchez-Feijóo, la bronca situación de enfrentamiento político o el bloqueo de la renovación del CGPJ

Lleva varias décadas en el Parlamento, entre el Congreso y el Senado. Rafael Hernando fue líder juvenil en el PP y, años después, se convirtió en portavoz del partido y del Grupo Parlamentario, en el Congreso de los Diputados. En la actualidad, Hernando, en su calidad de secretario de la Mesa del Senado, detecta una degradación en la calidad de los parlamentarios que se incorporan a la vida política con currículos pobres y escasa experiencia laboral y que están banalizando el ejercicio de la política. Cree que los ciudadanos deberían ser más cuidadosos con los cargos a los que votan y los partidos con aquellos que presentan en sus listas y que el aparecer en tres tertulias no debería ser el mérito principal de sus señorías. El senador Hernando recuerda cómo un joven e inexperto Íñigo Errejón se presentaba en su despacho del Congreso de los Diputados para recibir lecciones, porque no sabía casi nada… En relación al presente, culpa al Gobierno de Sánchez del bloqueo en el Poder Judicial, aunque reconoce algún error de su partido en el pasado y abomina de los pactos establecidos por el presidente del Gobierno con Bildu.

PREGUNTA.- Tras el cara a cara en el Senado de Sánchez y Feijóo se ha hablado mucho del formato y lo poco equilibrado que es el reparto de los tiempos, aunque así lo recoja el Reglamento. ¿Debería cambiarse ese formato?

RESPUESTA.- Tener tiempo ilimitado por parte del presidente del Gobierno en cualquier debate da sensación de un plus de favor, pero también hay que ver la interpretación del Reglamento. Nosotros pedimos en la Mesa que el presidente fuera flexible con los tiempos, porque ya sabemos que Sánchez estira el tiempo ilimitado hasta situaciones que hacen tedioso el debate por lo reiterativo. Para nuestra sorpresa, el presidente del Senado (Ander Gil) se convirtió en un árbitro casero y, en cuanto el señor Feijóo llevaba apenas 15 minutos, empezó a llamarle la atención. Le cortó hasta seis veces. Yo no había visto algo así en todos los años de mi vida en el Congreso de los Diputados, donde también hay tiempo ilimitado. La actuación del presidente del Senado, que antes fue el portavoz del Grupo Socialista, fue la de un árbitro casero y quiso tener un protagonismo que no le correspondía.

P.- ¿Cree que les perjudicó?

R.- Hay que ver si hablar más es mejor que hablar menos. A veces, si sabes lo que tienes que decir, es mejor hablar menos que extenderse de forma ilimitada, sobre todo si se viene al Parlamento con las tres intervenciones escritas. El señor Sánchez tenía un tocho de folios para las tres intervenciones, incluida réplica y contrarréplica…

«Sánchez planteó el debate para intentar deslegitimar a Feijóo y le salió mal»

P.- El señor Feijóo también llevaba folios escritos y los fue pasando uno a uno...

R.- Sí, pero llevaba anotaciones hechas a mano. El señor Sánchez no tomó notas, lo que es sorprendente. Y cuando fue a contestar al resto de los grupos sí iba con un cuaderno, contestando a lo que le habían dicho. El señor Sánchez planteó el debate, no como un intercambio de propuestas y contrapropuestas, sino para intentar deslegitimar a Feijóo y le salió bastante mal.

P.- Dice usted que en la Mesa solicitaron al presidente flexibilidad en los tiempos. Sin embargo, desde el PSOE niegan que el PP solicitase una ampliación del tiempo reglamentario en ningún momento…

R.- Eso no es cierto y está recogido en las actas. Yo mismo, que actúo como portavoz en la Mesa, se lo dije a Ander Gil, al presidente del Senado, la semana anterior. Y se lo volví a reiterar. Le transmití que era un debate especial, que iba a estar el jefe de la oposición y, sin desmerecer al resto de los portavoces, es evidente que hay una atención social sobre lo que iban a decir el presidente y el líder de la oposición.  Al final, Sánchez habló 151 minutos y el señor Feijóo, con seis interrupciones del presidente del Senado, apenas habló 27. Hay una desproporción colosal.

«¿Alguien en España piensa que es mejor pactar con Bildu que con el PP?»

P.- ¿Qué efecto cree que ha tenido ese debate en la ciudadanía y el electorado, si es que cree que tiene efecto alguno?

R.- Creo que ha habido un interés sobre qué era lo que iba a plantear Feijóo. Despertó gran interés entre los medios y creo que también entre la ciudadanía. Feijóo habló de los problemas de los españoles y el otro solo hablaba contra Feijóo. El problema de Sánchez no eran los problemas de los españoles: era Feijóo. Y también los problemas de Sánchez con las encuestas. Creo que eso lo pudieron ver todos los españoles. Sánchez habla desde su torre de marfil, con la vanidad de siempre, que sobrevuela sobre los problemas y solo se ocupa de cómo subsistir. El señor Feijóo le hizo un ofrecimiento muy claro: rompa con sus socios y pacte conmigo. ¿Alguien en España puede creer que es mejor pactar con Bildu que con el PP? Sánchez no respondió porque quiere seguir pactando con ERC y con Bildu.

P.- El portavoz socialista, Patxi López, ha recordado recientemente que lo que se exigió a ETA y su entorno fue que dejasen las bombas e hicieran política, en las urnas. Eso lo suscribió durante mucho tiempo toda la clase política en general, mientras existió ETA, pero ahora, cuando han pasado 10 años desde que se disolvió, no quieren Bildu haga política…

R.- Es que Bildu tiene gente dentro que han sido terroristas. Todavía no ha purgado todas sus culpas. En España tenemos 300 asesinatos sin resolver, se hacen homenajes a los etarras y el Gobierno pacta con Bildu trasladar a los etarras más sanguinarios, como Txapote, la semana pasada, y ha cedido las competencias de prisiones al Gobierno Vasco. Ya no nos matan, pero siguen humillando a la gente. Bildu tiene mucho que hacer todavía, para que se les considere una fuerza democrática normal. Tienen que condenar todo su pasado, el de los que son miembros de la propia dirección de Bildu. Y entonces ya veremos si pueden incorporarse como una fuerza política normal. Vamos a hablar con todos menos con Bildu. Esas son nuestras líneas rojas, como el propio Alberto Núñez Feijóo ha expresado.

Rafael Hernando | Carmen Suárez

P.- ¿Tiene sentido mantener la política de dispersión de presos de la banda terrorista ETA cuando la organización ha dejado de existir?

R.- Es que no es una política de dispersión. No todo el mundo cumple su pena en la prisión más cerca de su domicilio…

P.- Legalmente, salvo que los presos expresen su deseo en contra o que no haya sitio  allí, cumplen condena en su comunidad o en la prisión que solicitan…

R.- Pero hay cosas que no se pueden olvidar en la historia de España. Txapote y Henry Parot han asesinado, entre los dos, a 60 personas en democracia… Conceder cualquier tipo de privilegio a esas personas me parece una ofensa hacia las víctimas. Y para hacer esos reagrupamientos habría que haber contado con las víctimas.

P.- ¿Las víctimas deberían marcar la política penitenciaria? No lo han hecho nunca… Lo han hecho los diferentes Gobiernos…tanto socialistas como populares.

R.- Pero antiguamente se aplicaba la vía del arrepentimiento. Y eso propiciaba el acercamiento. Pero ahora no se les pide nada. ¡Claro que ha habido procesos de acercamiento de presos en el Gobierno de Aznar e incluso en el de Mariano Rajoy! Pero se les exigía arrepentimiento, condena de los actos y un repudio de lo que había hecho la banda terrorista y sus cómplices. Esto es lo que creemos que no se puede olvidar. Sobre todo, ahora que se hacen leyes de Memoria Histórica de lo que pasó hace 80 años. No vayamos a olvidar lo que pasó hace 20.

«Llevo muchos años en el Parlamento y he visto cómo los currículos de los parlamentarios han ido a menos»

P.- ¿El insulto es legítimo en el debate político?

R.- Creo que alguna vez puedes utilizar la descalificación. Depende del tono. A veces se hace en tono de broma, o se ponen alias… yo a veces lo uso, pero creo que no hay que insultar. El insulto no es propio de gente inteligente. La descalificación tiene que ser inteligente, aunque a algunos se nos escape alguna vez… Los que más hablamos somos los que más riesgo corremos de caer en el error.

P.- ¿Comparar a Feijóo con Donald Trump se podría considerar un insulto del mismo modo que comparar a Sánchez con el protagonista de El otoño del patriarca?

R.- Eso son cosas que mucha gente tampoco entiende… son formulaciones de los gabinetes, para intentar ridiculizar al adversario. A mí me preocupa más que este tipo de campañas para descalificar a alguien que ha sido durante cuatro legislaturas presidente de una comunidad, con mayoría absoluta. Estas campañas de descalificación que han protagonizado los ministros que salían a insultar durante todo el verano son contraproducentes para el Gobierno, porque no calan. Si quieren, comparamos el currículum de Feijóo con el de cualquiera de los ministros, o del propio presidente del Gobierno… ¿Cuáles eran los méritos de Sánchez? Ser concejal del Ayuntamiento de Madrid, llegar al Congreso siempre de rebote, porque nunca salía elegido a la primera, que le echaran a patadas de su partido, ganar unas primarias… Tenemos que plantearnos de forma muy importante que los políticos y los Gobiernos que elegimos van a dirigir la principal empresa del país. De la misma forma que para dirigir el Santander o la Wolswagen, Iberdrola o Endesa, se exige un currículum y una experiencia, cuando se nombra ministros, se elige un presidente o se presenta alguien a unas elecciones, también se les pida currículum. Desgraciadamente, en España votamos más a las siglas, por la emoción o porque les hemos visto en la televisión y no vemos qué han hecho. Pero esos serán los que decidirán y condicionarán un presupuesto de 450.000 millones de euros. Deciden si se suben o se congelan las pensiones, si se sube el SMI, las normas que van a regir nuestra convivencia… Yo llevo muchos años en el Parlamento y he visto cómo los currículos de los parlamentarios han ido a menos. Era más importante haber ido a tres tertulias televisivas que haber elaborado leyes en el Parlamento anteriormente, o tener un cierto currículo profesional hasta el punto que en el Parlamento hemos perdido muchos profesionales que, al llegar a la Cámara y ver el entorno en el que se movían, donde era más importante el minuto de insultos o descalificaciones que del control al Gobierno, que la elaboración de las Leyes, han desistido. El Parlamento ha perdido calidad a lo largo de los años. Por tanto, que ahora el Gobierno discuta el currículo o la preparación de Feijóo, una persona que ha sido presidente autonómico por mayoría absoluta cuatro veces, es de aurora boreal y además no cuela. Es ridículo.

Rafael Hernando | Carmen Suárez

P.- Entiendo que se refiere a la preparación y formación de sus señorías en los últimos años en general, sin distinciones…

R.- Sí, aunque siempre hay excepciones…

«Los votantes deberían mirar con más detenimiento la formación y experiencia de los candidatos»

P.- ¿Habría que pedir un mínimo de formación y experiencia para entrar en una lista electoral y convertirse en cargo electo?

R.- Creo que los votantes deberían de mirarlo con más detenimiento…

P.- ¿Y los partidos, que presentan en listas cerradas a los candidatos?

R.- Y los partidos también… Si usted ve los candidatos que hemos presentado, en general, comprobará que tenían una formación. Es cierto que en la etapa del anterior presidente Casado nuestros candidatos tenían menos formación. Pero eso es el resultado de un sistema de elección que no era el tradicional en el PP. En el PP tenemos un sistema de elección en el que la meritocracia y la experiencia son muy importantes. Yo fui portavoz del PP en el Congreso 23 años después de llegar allí. No me dieron esa responsabilidad el primer día…¡Tenía 23 años! Cuando me nombraron, obviamente estaba mucho más familiarizado con todo lo relativo al Congreso, conocía bien el reglamento…

«Cuando llegó Errejón al Parlamento, se metía en mi despacho para que le explicara cómo funcionaba eso o aquello»

P.- ¿Los nuevos portavoces llegan verdes?

R.- Bueno, cuando llegó el señor (Íñigo) Errejón al Congreso y se metió en mi despacho con un lapicerillo para pedirme que le explicase esto y aquello, cómo funcionaba el Parlamento…. ¡A mí me parecía patético, pero ese señor tenía 71 escaños! ¡Y no sabía nada del Reglamento del Congreso! ¡Desconocía la aritmética parlamentaria! Tampoco sabía cómo se legislaba, qué era una proposición de Ley, qué era un Proyecto de Ley o un Decreto… Cuando uno va al Parlamento tiene que llegar con la lección aprendida, saber qué es lo que tiene que hacer, porque se trata de manejar los recursos de los ciudadanos… Esto ha pasado en los últimos años: hemos caído en la banalización de la política y hemos convertido en una especie de Sálvame o de programa rosa la actuación de los políticos en el Parlamento. Apenas se presta atención a lo que se legisla y se está más en lo que se dicen el uno al otro en la sesión de Control de los miércoles.

P.- Acaba de descubrirse como instructor parlamentario de Íñigo Errejón… ¿Le dio muchas lecciones magistrales?

R.- Unas cuantas…y Antonio Hernando (portavoz del Grupo Socialista 2014-2021) también. Pero es que Errejón no tenía ni idea de nada… y es normal. Me decía: «es que yo llevo en política dos años» o «nosotros tenemos que ganar las elecciones». Y yo le respondía: «Perdóname, pero yo estuve 13 años en la oposición hasta que el PP ganó las elecciones» Y le preguntaba: «Tú acabas de llegar y ¿crees que en dos años ya puedes ganar las elecciones, porque sales mucho en la tele?» Pues muy bien… pero luego no nos quejemos…

«Hay que saber ponerse en los zapatos del adversario político cuando quieres llegar a un acuerdo»

Rafael Hernando | Carmen Suárez

P.- En su época como portavoz se le recuerda como un ‘duro’ del debate, que sí utilizaba la confrontación y las descalificaciones, pero que después se sentaba a negociar con el PSOE y alcanzaba acuerdos ¿Qué es lo que pasa ahora, que no hay forma de que PP y PSOE se pongan de acuerdo?

R.- Hubo una época en la que estuvimos contaminados por la nueva política, en la que los debates se trasladaban al pasillo y se generó una enorme desconfianza. Es cierto que, desde un modelo bipartidista, es más sencillo cerrar acuerdos, porque tienes otra perspectiva. En una situación como la que surgió a partir de 2015-16 era más complicado, porque había más fuerzas políticas y, a veces, cerrar acuerdos con una de ellas implicaba unos riesgos con otras fuerzas políticas nuevas que habían surgido y cuyo objetivo era desterrarte. Aun así, yo intenté alcanzar pactos. Hay que saber ponerse en los zapatos del adversario político cuando quieres llegar a un acuerdo. Antes se pactaban también las diferencias. Y, tras la legislatura frustrada de 2015, pactamos la de 2016 y creo que lo hicimos bien hasta que se perdió la moción de censura e hizo saltar todo aquello por los aires. Recuerdo que llegamos a cerrar algunas cuestiones con Sánchez. Algunas salieron y otras no.

P.- El propio Sánchez se reivindicaba como una oposición dialogante poniendo como ejemplo el apoyo al Gobierno de Rajoy, para la aplicación del artículo 155 de la Constitución y el Pacto Antiterrorista, tras el atentado del 17-A en Las Ramblas de Barcelona…

R.- Efectivamente, nosotros pactamos eso y el SMI, el bono eléctrico…Nosotros negociábamos con ellos. Sabíamos que no teníamos mayoría absoluta e intentábamos acordar cosas con ellos. Pero cuando Sánchez llega al Gobierno, todo aquello salta por los aires. Él toma la decisión de montar un bloque y enfrentarse al PP. Es cierto que hemos hecho una serie de pactos, como la renovación del Tribunal de Cuentas o el Consejo de RTVE, pero lo primero que hizo fue romper un pacto tácito, que habíamos acordado, sobre la renovación de RTVE y pactó con ERC para romper esas reglas e imponer otras que luego el Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales.

P.- Ahora es el PSOE y el Gobierno quienes acusan al PP de haber firmado un acuerdo para renovar el TC (el que firmó el anterior secretario general, Teodoro García Egea) y no respetarlo…

R.- Mire, cuando hay cambios en la dirección de un partido, uno tiene que volver a intentar renegociar lo que se pactó con la dirección anterior. Es como si yo le reclamase a Sánchez lo que nosotros habíamos pactado con Alfredo Pérez Rubalcaba o con Antonio Hernando… Es absurdo y un poco infantiloide. Si quiere renovar el CGPJ, que intente entenderse y empiece de nuevo. Además, la UE está diciendo que tenemos que cambiar las reglas… Estamos dispuestos a hablar, pero es que el PSOE ha asaltado todas las instituciones en las que no ha necesitado una mayoría cualificada: las empresas públicas, Indra, la CNMV, la CNMC… todas las instituciones y organismos de control. Con el CGPJ no ha podido, pero le ha quitado sus funciones…¡Un CGPJ que fue elegido con los votos del PSOE!

P.- Hombre… pero un CGPJ que caducó hace cuatro años y desde entonces no quiso renovar el PP y que reflejaba una mayoría política enorme, que tenía entonces el PP en el Parlamento, pero de haberse renovado, el PP hubiera visto muy mermada su  representación y el PSOE hubiese tenido derecho a hacer más nombramientos…

R.- Correcto, pero cuando usted tiene que montar una mayoría de 3/5 tiene que buscar acuerdos para conseguirlo, no imponer su voluntad. Entre los candidatos que impuso el PSOE, uno fue un señor que había elaborado una sentencia que derivó en la moción de censura contra el PP; el PSOE no podía imponer ese nombramiento al CGPJ, porque es una bofetada en la cara del otro. Además, el PSOE lleva cuatro años deslegitimando las decisiones de los Tribunales, con los indultos, etc. Un Gobierno que ha sido condenado por el TC por cerrar el Parlamento no me puede echar en cara que estoy en contra de la Constitución… no. Si el Gobierno tiene que negociar, que negocie, pero que no imponga y no cambie nada.

«El PSOE lleva cuatro años deslegitimando las decisiones de los tribunales»

P.- ¿De verdad el PP no tiene ninguna responsabilidad en que el CGPJ lleve cuatro años bloqueado, teniendo en cuenta que siempre que el PP ha estado en situación mayoritaria ha renovado el CGPJ de acuerdo con esa mayoría y sin cambiar las reglas de juego, tal como pide ahora?

R.- Pero es que antes no nos había llamado la atención la UE. Ahora decimos que queremos renovarlo, pero cambiando las reglas de juego, como pide la UE. El Gobierno ha reaccionado impidiendo por Ley que este CGPJ cumpla su función, que es hacer nombramientos de jueces y magistrados. Esto lo impuso Sánchez a través de una Ley que, en mi opinión, es ilegal. Pero es que ahora hace otra Ley para para permitirle renovar solamente al Tribunal Constitucional, porque le interesa al Gobierno. Hacer las reglas ad hoc no es muy legítimo y tiene tics de autoritarismo.

P.- ¿Se compromete el PP a cambiar la Ley en ese sentido si llega al Gobierno?

R.- Vamos a cambiar las reglas de juego… Espero que podamos cambiarlas antes y así llegar a un acuerdo con Pedro Sánchez y el PSOE. Confío en eso: que seamos capaces de cerrar un acuerdo que dé mayor independencia al Poder Judicial para que no haya esta continua sombra de sospecha, para que cada vez que haya un procedimiento, dependiendo si es contra políticos de una determinada facción u otra se cuestione el funcionamiento de la justicia.

P.- ¿Tiene algún ejemplo en mente?

Ahora lo estamos viendo… Cuando en su día se condenó a personas del PP que habían cometido ilegalidades, ingresaron en prisión y nadie dijo nada. Ahora que hay una decisión que tiene que ver con el mayor caso de corrupción que ha habido en España, que es el caso de los ERE, están pidiendo indultos para el señor (José Antonio) Griñán. Cuando ha habido condenas a personas que han sido utilizadas, por ejemplo, por Podemos en una defensa equivocada de lo que es el feminismo se les ha dado un indulto… No puede ser que se indulte a quienes son de tu adscripción política, porque luego la población entiende que hay dos varas de medir. Y yo no quiero la cárcel para nadie y no me satisface ver a la gente entrar en prisión, pero he visto a compañeros de mi partido ingresar en prisión por haber contratado sin concurso a quien le escribía los discursos. Me refiero a Jaume Matas, el expresidente de Baleares, al que se le impuso una condena inferior a dos años. Entonces no vi a nadie de la izquierda decir absolutamente nada. Ahora con Griñán condenado a seis años, dicen que hay que indultarlo, que es una condena injusta. Pero lo cierto es que se han perdido 680 millones de euros que no van a ser devueltos a las arcas públicas y sirvió para que el PSOE compareciera a las urnas dopado legislatura tras legislatura en Andalucía.

P.- En tiempos de José María Aznar, el Gobierno indultó a Rafael Vera y José Barrionuevo, condenados por un caso de «terrorismo de Estado»…

R.- Sí, pero después de entrar en prisión…

P.- ¿Si el señor Griñán ingresa en prisión entenderían que se le indultase?

R.- Nosotros creemos que hay que respetar lo que han sido reglas que se han respetado hasta ahora. Cuando el gobierno concede un indulto tiene que contar con el respaldo de la Fiscalía y del Tribunal juzgador. Hasta ahora, esa regla se había respetado en general. Pero ya no pasó con los presos del procés, ni con Juana Rivas… y ahora pretenden hacer lo mismo con Griñán.

«El PP ofreció una Gran Coalición a Sánchez y su respuesta fue ‘no es no…’»

P.- Si tal como ha amenazado Carlos Lesmes, dimite de su cargo como presidente del CGPJ si PP y PSOE no se ponen de acuerdo: ¿cree que será un gesto que obligue a los políticos a acordar?

R.- Quien tiene la obligación de llegar a un acuerdo y tiene las reglas -que no son tan complicadas- sobre la mesa es el Gobierno. Nosotros ya le hemos dicho: volvamos a hablar y a sentarnos, pero no pueden pretender que si la UE nos dice que este sistema no debería mantenerse, mantenerlo contra viento y marea. ¿No sería más lógico que los jueces eligieran a los jueces y se hiciera un hearing en el Parlamento?

P.- Esa fue la propuesta que el PP llevó en su programa electoral y la que se comprometió a aprobar Mariano Rajoy, pero luego, cuando el ministro Gallardón formuló la Ley, no se materializó… teniendo mayoría absoluta para hacerlo.

R.- Es verdad. Se hizo una Ley y no se aplicó adecuadamente. No se respetó la fórmula que se había propuesto. Fue un error. Pero esa Ley debiera haber sido la semilla que permitiese una mayor participación de la elección de los jueces por los propios jueces. Se canalizó a través de las asociaciones, cuando hay muchos jueces que no están asociadas. Y la meritocracia y la pluralidad deberían ser tenidas en cuenta en el futuro CGPJ. Por eso, un sistema en el que haya una votación entre los jueces, pero luego un hearing, me parece bien. Luego está por ver si los parlamentarios que les examinan están capacitados o no para hacerlo… volvemos al principio de lo que comentábamos en esta entrevista…

P.- Si Alberto Núñez Feijóo gana pero no tiene mayoría suficiente para gobernar en solitario ¿tenderá la mano al PSOE o preferirá mirar a Vox?

R.- Cuando uno gana sin mayoría absoluta tiene que conseguir pactar. Yo he estado como portavoz parlamentario del PP con mayoría absoluta y sin ella. Al final, todo dependerá de lo que deciden los ciudadanos, pero hay que tener un espíritu abierto, moderado y de cordialidad, que es algo que tiene Alberto Núñez Feijóo.

P.- ¿Con Feijóo podría haber una Gran coalición en España?

R.- Pues depende de la situación, de las condiciones, el criterio y la voluntad del propio PSOE… Nosotros ya se lo ofrecimos, cuando se presentaron Rajoy y Sánchez… Y no era un ofrecimiento baladí. Era un ofrecimiento serio. Sánchez podía ser vicepresidente, pero su respuesta fue ese «no es no… qué parte del ‘no’ no han entendido». Depende de las personas y de la situación del país. La gente recuerda la época de Felipe González, pero entonces también nos dábamos bastantes bofetadas…Había confrontación pero también acuerdos. Hicimos la Ley de las Pensiones, en 1995 y luego el Gobierno del PP redactó la Ley y el PSOE la aprobó.

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