THE OBJECTIVE
David Mejía

P.E.D.R.O. Sánchez

«Ni siquiera un pueblo escogido para la ocasión logró estimular los circuitos emocionales del Prototipo Español de Robot Obstinado»

Opinión
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P.E.D.R.O. Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, rodeado de personas en su inauguración del curso político en Moncloa. | Europa Press

P.E.D.R.O. Sánchez lleva mucho tiempo entre nosotros, los humanos. Observa nuestros gestos, expresiones y modulaciones tonales, pero le cuesta procesarlas. El diseño perfecto de sus rasgos y proporciones, y la afinada programación de su temperamento obstinado, conviven con las fallas evidentes de su software emocional. P.E.D.R.O. nos estudia desde hace años, pero todavía es incapaz de imitar la pentatónica de la sensibilidad humana. 

El equipo de comunicación de Moncloa trabaja codo con codo con los programadores de P.E.D.R.O. (Prototipo Español de Robot Obstinado). Los primeros quieren que su candidato conecte con la población. Los segundos quieren demostrar que su prototipo es capaz de registrar, aprender e interpretar distintos registros emocionales. Por eso ambos comparten el interés en convencernos de que Pedro Sánchez es humano, y por eso entre ambos organizaron un acto para lograrlo. 

Saben que P.E.D.R.O. es incapaz de tener reacciones emocionales genuinas, y mucho menos espontáneas. Por eso el Presidente es más dado a la homilía que a la rueda de prensa. Recordarán que en el trágico transcurrir de la pandemia, solo aceptaba a preguntas filtradas. Y sabrán que no se deja entrevistar por nadie con quien no tenga -tácita o implícitamente- pactadas las preguntas. La culpa no es suya, sino de sus programadores: la previsibilidad de las preguntas les permite ensayar respuestas emocionales prefabricadas. Esta vez confiaban en que P.E.D.R.O. dejaría algún vestigio de humanidad interpretando el papel de anfitrión del pueblo en La Moncloa, pero se equivocaron. Ni siquiera un pueblo escogido para la ocasión logró estimular los circuitos emocionales del prototipo. 

«Tampoco le permitirán hablar de memoria histórica: un ‘bug’ que los informáticos no han sabido purgar le hace repetir en bucle el bulo de las fosas de Camboya»

Mi fuente en el equipo de programadores está desolada. Una vez más han querido humanizar a P.E.D.R.O. y una vez más ha salido más deshumanizado de lo que entró. Me dicen que van a retomar la estrategia de la primera legislatura: aislarlo del pueblo y limitarlo a dar buenas noticias; en los momentos alegres, sus carencias emocionales se confunden con sobriedad. Evitarán preguntas sobre temas espinosos, a fin de evitar reacciones como la que el prototipo tuvo a finales de junio, cuando le preguntaron por los 37 inmigrantes asesinados por la policía marroquí cuando trataban de cruzar la frontera de Melilla. 

Tampoco le permitirán hablar de memoria histórica: un bug que los informáticos no han sabido purgar le hace repetir en bucle el bulo de las fosas de Camboya. Poco antes del acto del lunes, probaron con un antimalware nuevo y solo lograron que cambiara Camboya por Birmania: «Si por lo menos hubiera dicho Myanmar», se lamentaba un miembro del equipo de Comunicación. Son estos quienes más preocupados están con los fallos del prototipo: «la población necesita sentir que su Presidente empatiza con su dolor, ¡repetir lo de Camboya demuestra que las políticas de memoria y reparación le importan un bledo!». Desde la bancada de enfrente, los ingenieros de F.E.I.J.00 sonríen victoriosos.

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