THE OBJECTIVE
Teodoro León Gross

Sánchez lo fía todo a la gente

«Sánchez en ningún caso va a rendirse por más que los sondeos lo sitúen detrás. Al revés, se crecerá con cada banderillazo demoscópico»

Opinión
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Sánchez lo fía todo a la gente

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la campaña en Andalucía. | Europa Press

El presidente ha decidido lanzar la temporada con un cuerpo a cuerpo contra Feijóo y una gira de largo recorrido con treinta actos para hacerse ver por España. Lógico. Sánchez es un tipo correoso que se crece sobre todo en la pelea, más dotado para la política que para la gestión, hábil para ganar la posición en el tablero sacrificando las piezas que hagan falta –este verano ha ensanchado el cementerio sanchista con nuevos cadáveres de fieles suyos, y pronto habrá otra hornada con las listas de las territoriales de mayo– de modo que en ningún caso va a rendirse por más que los sondeos lo sitúen detrás. Al revés, se crecerá con cada banderillazo demoscópico.

Por demás, es obvio que Sánchez y su equipo tienen dos convicciones indisimuladas: que él es mejor y que Feijóo no es un rival a su altura. De ahí que haya rectificado para aceptar bajar a la arena del Senado a un cuerpo a cuerpo con Feijóo. Va de sobrado con la certeza de arrollarlo.

Horas antes, mañana mismo, habrá empezado esa campaña por el país para vender el Gobierno de la Gente.  El eslogan, de ecos podemitas, ya fue un sintagma habitual tras el pacto del insomnio con Iglesias. Puritito Laclau. No es raro que el kichnerismo haya usado «Primero la gente»  o que el nuevo presidente colombiano pusiera en sus carteles «Con Petro presidente gana la Gente». O que las bases políticas del Podemos de Iglesias en 2016 se titularan «Un país para la gente». El populismo siempre empieza por considerarse el legítimo representante de la gente, como si los demás gobernaran sólo para el Ibex o para esos cenáculos en reservados entre habanos. De hecho, esa es la acusación que repiten día tras día desde hace semanas, se ve que con mucha confianza en la inteligencia de «la gente»­ para colarles semejante milonga.

El próximo lunes, de hecho, entre el primer acto de la tournée de El Gobierno de la Gente y el debate con Feijóo del martes, Sánchez enfatizará el mensaje inaugurando el curso no con empresarios del IBEX como otras veces sino con 50 ciudadanos… teatralizando el nuevo ¡Somos la gente!

Sánchez en definitiva ha rectificado sobre el cuerpo a cuerpo, negado horas antes, como también ha rectificado sobre el Midcat que descalificaban como proyecto ruinoso o sobre la propuesta de Feijóo de bajar el IVA del gas, que poco antes Isabel Rodríguez o Diana Morant desdeñaban con la petulancia habitual. Pero… ¿por qué va ahora al Senado a ese cuerpo a cuerpo rechazado antes? Sin duda con la convicción de que ha ganado viento de cola con la rectificación de Von der Leyen y la invitación de Scholz.

«En solo cuatro días se examina la capacidad de Sánchez para recuperar el pulso desvanecido en los sondeos»

Bolaños enfatizaba que «en el Senado se confrontarán las medidas y propuestas del Gobierno español que marcan el paso en Europa para ahorrar energía, frente a la nada más absoluta que es el proyecto del PP». Ese es el clima de euforia en Moncloa. Los ministros acostumbrados a recibir entre aplausos a Sánchez cuando regresa de un viaje internacional, como un fanclub irredento, repiten la idea del poderío de Sánchez y dan por hecho que Feijóo ya tendrá «sudores fríos».

Moncloa, de hecho, ha dictado estas últimas semanas una campaña ad hominem contra Feijóo. Como Bolaños, que es Adriana Lastra disfrazada de monaguillo de misa de doce, todo el corifeo gubernamental se ha sumado a la letanía de que Feijóo es un tipo vago y poco preparado que boicotea el bienestar de la gente defendido por el Gobierno. Ayer le tocaba la gracieta a María Jesús Montero, otras veces han sido Isabel Rodríguez o Pilar Alegría –tan dotada, por lo demás, para esas gracietas– y hasta Diana Morant lo ha comparado con Trump. Ayer mismo Sánchez en la SER –es la única cadena de radio a la que concede entrevistas, van seis– tuvo barra libre para sostener que Feijóo es un tipo dócil ante esos poderes oscuros que lo llevan al poder… en fin, la milonga completa.

Todo esto habrá prevenido a Feijóo: Moncloa no quiere un debate sino una encerrona. Todo indica que Sánchez se propone exhibir un dominio del mercado energético con un caudal de datos para apabullarlo, pero sobre todo presentarlo como «el enemigo de la gente».  Ya se verá el resultado, pero la lógica sugiere que Feijóo evitará el debate técnico, cargará contra el empobrecimiento de la ciudadanía evitando un rifirrafe inútil sobre las medidas de alivio, y pondrá énfasis en que Sánchez impone, no negocia, ignorando a todas las comunidades salvo a sus socios de Cataluña y Euskadi. 

Ahí está el flanco más débil para el líder socialista, incluso si se descuenta la contraprestación a Bildu con el acercamiento de algunos de sus más queridos asesinos presos. Muchos ciudadanos no se tragan lo de los poderes oscuros vs. la gente, pero ven día a día las cesiones a esos socios frente a las demás comunidades rebajadas a segunda o tercera categoría. Y nada ha contribuido tanto al desgaste del PSOE en las encuestas. Para Sánchez es difícil vender políticas de Estado pactadas con socios enemigos del Estado.

Esto será el martes. Antes, el lunes, se verá el montaje teatral de Sánchez para estrenar su particular versión de Viva la Gente; y mañana abrirá la gira de El Gobierno de la Gente en Sevilla, su principal alcaldía, pero también el lugar en el que hace semanas sufrió un revolcón electoral aparatoso, agravado por el agravio y la sombra de la corrupción de los ERE que ahora deriva en los indultos. En solo cuatro días se examina la capacidad de Sánchez para recuperar el pulso desvanecido en los sondeos. Pelear va a pelear, eso seguro, y además a degüello. 

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