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Mercadona, Carrefour, Lidl... así son las estrategias que utilizan los supermercados para que gastes más

Desde cambiar la localización de los productos básicos hasta jugar con los colores, muchos supermercados recurren a estrategias de marketing para incrementar el consumo de los clientes

Mercadona, Carrefour, Lidl… así son las estrategias que utilizan los supermercados para que gastes más

Cambiar los productos de sitio es una estrategia para aumentar las ventas en los supermercados. | Jon Super

En el contexto económico actual, marcado por el desabastecimiento y la subida de precio en los supermercados, llenar la cesta de la compra se ha convertido en una tarea cada vez más cara. Los establecimientos comerciales buscan vender sus productos y, muchas veces, recurren a estrategias psicológicas de marketing para incrementar el consumo de los clientes. Desde cambiar la localización de los productos básicos hasta jugar con los colores, estos son algunos de los engaños más comunes por parte de las marcas para que los consumidores acaben comprando productos que no tenían en mente adquirir al acudir a comprar.

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Cambiar los productos de sitio para aumentar el tiempo de compra

La mayoría de los consumidores acostumbran a comprar siempre en el mismo establecimiento. Es por ello que una de las estrategias más utilizadas por los supermercados para «obligar» al cliente a pasar más tiempo en ellos es cambiar las cosas de sitio, mover las diferentes secciones para que así tenga que ir de un lado a otro buscando lo que necesita. De esta manera consiguen que, cuando llegas a buscar lo que pensabas que estaba en esa estantería y no está, tengas que ir mirando pasillo por pasillo hasta encontrar lo que tú querías, y por el camino es probable que te lleves cosas que no tenías pensado comprar.

Esta estrategia se utiliza sobre todo en hipermercados y grandes superficies, por lo que el día que cambian todo, el cliente se ve obligado a volver a recorrer cada pasillo para poder seguir la lista de la compra.

Jugar con los sentidos

Los supermercados juegan con la música para manejar las acciones del consumidor. Aunque pensemos que esta es escogida al azar, lo cierto es que, según un estudio de Charles Areni y David Kim publicado en 1993, la música más pausada nos incita a ir más despacio y con calma en el proceso de compra, mientras que, la música más acelerada hace que nosotros compremos mucho más rápido.

Engañar al ojo con los colores

En la carnicería se utiliza el color rosado para hacer que la carne parezca más roja. Foto: Lorenzo Carnero.

En la carnicería, por ejemplo, se utiliza un color rosado para que la carne parezca más roja, mientras que en la pescadería se utilizan colores blancos y azulados para que resalten las escamas y la frescura del pescado. Los colores cálidos atraen, en cambio, los colores fríos fomentan la contemplación y las ventas.

Productos básicos al final de la tienda

Todos los productos de primera necesidad, y que son básicos en la compra, están colocados, generalmente, al final de la tienda para que los consumidores recorran más pasillos y vean los denominados “productos irracionales”, que son los que no tenía pensado comprar pero que acaban en la cesta.

Disposición en las estanterías

Está demostrado que el consumidor compra aquello que le queda a la altura de los ojos o justo por debajo. Es por ello que los productos más caros se sitúan ahí, mientras que para encontrar los más baratos suele ser necesario agacharse. Las chocolatinas y chucherías, en general, suelen estar a una altura accesible para que los más pequeños puedan cogerlas sin problema.

Además, colocar los productos más tentadores a la derecha y las compras básicas a la izquierda consigue que, gracias al zig zag, los clientes vean todos los productos. Este tipo de estrategias es muy común tanto en los supermercados pequeños como en las grandes superficies y se aplica en prácticamente todos los establecimientos.

Precios no redondeados

Los precios que más atraen a los clientes son los terminados en 5 o 9. Además, esto hace que sea más complicado compararlos con otras marcas y está considerada como una de las estrategias más utilizadas por los supermercados para que los clientes gasten más en sus establecimientos.

Caprichos en la caja

Los chicles, chocolatinas y chucherías suelen estar justo al lado de las cajas de pago para fomentar su compra. Foto: Luc Nobout.

Los chicles, chocolatinas y chucherías suelen estar justo al lado de las cajas de pago. Al estar haciendo cola y disponer de poco tiempo, muchos consumidores tienden a coger este tipo de productos por impulso, como si de un capricho se tratara. De manera adicional, este tipo de productos se sitúan a media altura con una intención clara de ser más visibles y accesibles para los más pequeños.

La reduflación: menos por más

Se trata de estrategia de marketing de las marcas para reducir de forma casi imperceptible el tamaño del producto, manteniendo su precio intacto, para aumentar el margen de beneficio. En definitiva, te dan menos cantidad por el mismo precio. A pesar de que esta subida de precios no constituye una práctica ilegal, supone un engaño para el consumidor, pues el margen comercial de beneficio continúa siendo el mismo.

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