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Economía

Sánchez agudizará su guerra con el Ibex fiando su reelección a nuevas subvenciones directas

El Gobierno prepara una batería de anuncios «sociales» que se sucederán en los próximos meses coincidiendo con la precampaña electoral

Sánchez agudizará su guerra con el Ibex fiando su reelección a nuevas subvenciones directas

Pedro Sánchez, durante su encuentro con ciudadanos este lunes en La Moncloa. | Europa Press

Pedro Sánchez ha tenido que comenzar el curso político sin el apoyo público de las grandes corporaciones españolas por primera vez durante esta legislatura. Este lunes sustituyó su encuentro con grandes empresarios por un acto con ciudadanos marcando las líneas maestras de lo que será su gestión política y económica en la extensa precampaña electoral que ya ha dado por inaugurada.

Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que este acto es solo el comienzo de una estrategia del Gobierno en las que ayudas directas y las subvenciones a las familias seguirán siendo las principales herramientas para aplacar la ralentización económica que se agravará en otoño, en contraste con una guerra contra el Ibex que se mantendrá toda la legislatura.

En el acto titulado «Gobernamos Contigo» -un slogan que podría ser adoptado como el nuevo lema oficial del Gobierno sustituyendo a «España Responde»- Sánchez dijo a un puñado de ciudadanos que visitaron La Moncloa que la voluntad de su Ejecutivo es «gobernar con la gente y para la gente, para la clase media y trabajadora», que «son los que más necesitan la acción y el compromiso de lo público».

Empleadas del hogar

También aprovechó la oportunidad para anunciar un subsidio por desempleo para las empleadas del hogar que se aprobará este martes en el Consejo de Ministros, el primero de «muchos» anuncios sociales que se sucederán en los próximos meses, según las fuentes consultadas. Otro de ellos es la bajada en el IVA del gas que Sánchez anunció la semana pasada en una entrevista con Cadena Ser.

En este sentido, las subvenciones directas continuarán por dos vías: la primera será mantener las actuales ayudas, como la del combustible y la factura de la luz, al menos un trimestre y más allá del 31 de diciembre como está estipulado actualmente. La segunda manera será introducir nuevas ayudas o subvenciones si es que la situación económica de las familias empeora como todos los indicadores y organismos prevén para la segunda parte del año.

En esta línea, Sánchez recordó este lunes sus principales medidas adoptadas en su Gobierno como la reforma laboral – que ha permitido aumentar los contratos indefinidos-, la subida del salario mínimo, el aumento de las becas, la bonificación en el combustible, la gratuidad en el transporte de cercanías y media distancia, o la adopción de medidas destinadas a sectores afectados por la inflación como el transporte, la agricultura y la ganadería o las pymes con uso intensivo de gas.

Ayudas directas

A finales de junio se aprobó también una ayuda directa de 200 euros para asalariados, autónomos y desempleados inscritos en las oficinas de empleo que residan en hogares con una renta inferior a los 14.000 euros, un pago único que se podrá solicitar durante el mes de julio; y la congelación del precio máximo de la bombona de butano hasta final de año en 19,55 euros.

En el Ejecutivo han perdido la esperanza de que la inflación remita en septiembre y no creen que amainará al menos hasta comienzos del próximo año, por lo que están dispuestos a introducir nuevas medidas y subvenciones a diferentes colectivos -y potenciales votantes- que mitiguen el impacto electoral que podría tener la ralentización económica.

Una estrategia que tiene otro pilar: una guerra contra el Ibex para situar a Sánchez y a su Gobierno como «defensores» de la ciudadanía ante los «abusos» de la gran empresa. Antes del verano ya se comenzó a vislumbrar la guerra contra las grandes corporaciones al anunciar un impuesto a la banca y a las eléctricas y las cosas se han ido torciendo con cada declaración del Presidente de Gobierno y su equipo, poniendo en la diana a los empresarios.

Sánchez y la clase media

«Este Gobierno va a tratar siempre de proteger a la clase media trabajadora», dijo Sánchez la semana pasada. «La idea es que haya justicia fiscal, un reparto equitativo de las consecuencias de la guerra de Putin», dijo en el marco de una política económica de «rebajas fiscales selectivas». Una fractura que contrasta con la realidad de hace solo un año, en la que el propio Sánchez disfrutaba de una inédita complicidad con las grandes empresas.

Desde la irrupción de la pandemia, los principales ejecutivos del selectivo español cerraron filas con el Gobierno de Pedro Sánchez conscientes de la situación de emergencia que vivía el país y de la necesidad de sumar fuerzas para encauzar la recuperación. Más que por convicciones ideológicas y pese a que Sánchez muchas veces impulsó leyes contrarias a la gran empresa, se le apoyó para sacar adelante la crisis. 

Sin embargo, las últimas decisiones del Gobierno, el retraso en el reparto de los fondos europeos, su mala gestión en la crisis de la energía -y sus constantes arremetidas contra las empresas energéticas- y de la inflación y los bandazos del plan económico contra la guerra han terminado de romper el idilio que duró más de dos años. A esto hay que sumar las constantes ofensivas de Sánchez tras perder las elecciones andaluzas acusando en varias entrevistas a los «poderes económicos» y a las «terminales mediáticas» de intentar desestabilizarlo.

Grandes empresarios

Desde que estalló la crisis de la covid-19, el presidente de Gobierno ha intentado tener una buena relación con las grandes empresas y ha recurrido a ellos en actos públicos multitudinarios para enviar mensajes de unidad.  El primer gran acto se produjo en septiembre de 2020 con la presentación del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia.

En el acto celebrado en la Casa América de Madrid se presentaron la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, el consejero delegado de Inditex, Pablo Isla, los presidente de Telefónica José María Álvarez-Pallete, y BBVA, Carlos Torres, Isidre Fainé, presidente de la fundación bancaria la Caixa, Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, José Bogas, consejero delegado de Endesa, Antonio Brufau, presidente de Repsol, y Florentino Pérez, presidente de ACS.

En mayo de 2021 la convocatoria cayó ostensiblemente en la presentación del Plan España 2050 donde el equipo de prospectiva liderado en ese entonces por Iván Redondo realizó las propuestas para las siguientes décadas de nuestro país. De los grandes del Ibex en esa oportunidad sólo acudieron el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, Carlos Torres, presidente del BBVA,  Josep Oliu, presidente del Sabadell y José María Álvarez Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica.

«España Puede»

En agosto de 2021 se produjo la tercera gran convocatoria para presentar «España Puede«, una especie de hoja de ruta triunfalista sobre la recuperación española y las perspectivas de crecimiento de la mano de la ejecución de los fondos europeos. En esa oportunidad la representación fue similar a la de mayo de ese mismo año. Finalmente en marzo de este año se presentó en Plan contra la guerra casi sin asistencia de los grandes empresarios. Este septiembre se quiso repetir la convocatoria de otros años, pero al constatar que nuevamente no había quórum, en Moncloa se optó por un acto con ciudadanos.

Un divorcio con los grandes empresarios que se produce en momentos de máxima tensión económica, con la inflación disparada, con el empleo perdiendo fuerza, ralentización del PIB, incertidumbres en el reparto de los fondos europeos y la negociación por el Salario Mínimo Interprofesional y el Pacto de Rentas a la vuelta de la esquina. Un escenario poco alentador, según reconocen empresarios preguntados por este diario.

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