El declive del sector del automóvil: baja su peso en el PIB y se venderán 60.000 coches menos
La patronal de fabricantes, Anfac, estima que el mercado automovilístico español cerrará el ejercicio actual con unas 800.000 matriculaciones
Planta de Volkswagen en Landaben (Navarra). | Volkswagen.
La industria de la automoción española lleva dos años estancada y no parece que en el presente ejercicio le vaya a ir mejor. De hecho, la patronal de fabricantes de vehículos, Anfac, estima que el mercado automovilístico español cerrará el ejercicio actual con unas 800.000 matriculaciones de turismos y todoterrenos, lo que supondrá unas 60.000 unidades menos que en 2021.
España registrará así su tercer año consecutivo con un volumen de ventas de coches nuevos muy por debajo de su nivel habitual. La pandemia provocó un batacazo de las matriculaciones del 32,3% en 2020. En concreto, se pasó de comercializar 1,2 millones de automóviles en 2019 a 851.210 un año más tarde.
Exceptuando 2020, cuando los concesionarios estaban cerrados temporalmente por el virus, las ventas de coches no han bajado del millón de unidades desde 2014. Ya en 2021 el sector confiaba en remontar el vuelo, sobre todo partiendo de unos números tan bajos, pero no contaba con que la falta de un componente común que incorporan todos los aparatos electrónicos -los microchips- traería de cabeza al sector.
El Informe Anual de Anfac recoge que la facturación del sector del automóvil, teniendo en cuenta fabricantes de vehículos y componentes, representó el 7,7% sobre el conjunto del PIB español en 2021, tres décimas menos que en el año anterior. Hay que tener en cuenta que este sector viene representando históricamente alrededor del 10% del PIB. El volumen de empleo de las marcas de automóviles en España también cayó un 11,3% el año pasado, hasta 61.704 puestos de trabajo.
La falta de chips da la estocada
La falta de suministro global de microchips, derivada de la propia covid-19, ha llevado al sector a números de producción inferiores incluso a los de 2020, con las fábricas cerradas temporalmente para frenar la expansión del virus. Pero el retroceso no es nada nuevo y durante el último lustro ya se viene apreciando una fuerte caída. De 2017 a 2021, la producción española de vehículos ha bajado un 26%, pasado de 2,84 millones de vehículos a 2,09 millones -teniendo en cuenta turismos, comerciales e industriales-.
El origen de la crisis de los chips está en que los fabricantes de dichas piezas no dan abasto tras la fuerte de demanda de ordenadores portátiles, tabletas y videoconsolas, entre otros aparatos, que se produjo durante la pandemia a causa del teletrabajo y a un mayor ocio en el hogar.
«El 2021 parecía que iba a ser un año de recuperación para el sector de la automoción, pero la falta de aprovisionamiento y el aumento de la demanda de semiconductores desde diferentes sectores industriales, provocó una gran crisis de componentes, perjudicando como consecuencia los ritmos de producción», apuntan desde Anfac.
Como consecuencia, la inversión en las factorías nacionales también ha bajado. Los fabricantes de automóviles destinaron en torno a 1.500 millones de euros entre las 17 plantas que hay en España, un 25% menos interanual. Las fábricas de automóviles también se están viendo perjudicadas por el alza de precios de la electricidad en el mercado mayorista.
En este sentido, a menor producción, menor exportación. Desde las plantas de vehículos nacionales salieron 1,82 millones de vehículos en 2021, lo que significa un descenso del 6,7%. A pesar del contexto, los fabricantes y empresas asociadas en Anfac alcanzaron una facturación de 60.908 millones de euros, que supone un ligero aumento del 1% respecto al año anterior. En cuanto al resultado neto, obtuvieron una cifra de 1.011 millones de euros, cinco veces más que en 2020.
En materia fiscal, la automoción resalta que es «una importante herramienta de recaudación para el Estado», ya que durante 2021 logró acumular un total de 34.148 millones de euros, un 15,9% más que en 2020. De este total, a pesar de la caída del mercado, el impuesto de matriculación aumentó un 9,7%, sumando 4.257 millones de euros como consecuencia del incremento del gravamen que se produjo de facto en los seis primeros meses del año por la nueva regulación WLTP. Esta presión se relajó temporalmente en el último semestre del año, al introducirse un cambio que adaptó los tramos del impuesto para mantener la fiscalidad como en años anteriores.
Apretar en electromovilidad
Anfac hace hincapié en que el país no debe dejar de lado la electromovilidad bajo la coyuntura actual de crisis si se quiere alcanzar los objetivos que marca el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que no son nada menos que cinco millones de coches eléctricos para 2030.
«Estamos en un momento clave en el que debemos acelerar. Por lo que, si queremos mantenernos en la carrera de la nueva movilidad y alcanzar los objetivos de reducción de emisiones, hay que lograr alcanzar un mercado de 120.000 turismos electrificados y una infraestructura de 45.000 puntos de recarga, lo que supone duplicar y triplicar, respectivamente, los registros del año anterior», defiende la patronal.
De igual manera, la asociación indica que, para impulsar la transformación industrial, además de la ágil adjudicación del Perte del vehículo eléctrico y conectado y la puesta en marcha de los proyectos asignados, es necesario seguir estableciendo medidas y una política industrial que favorezca esta transición. «Hay que poner el foco en el anuncio de nuevos planes de política industrial que ayuden a la transformación y refuercen su autonomía estratégica, conservar la flexibilidad laboral del sector y apoyar esta política industrial con la imprescindible prioridad presupuestaria», reclama.
