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Economía

EEUU y Europa ponen fin a la recuperación postcovid y se encaminan a la recesión

Los expertos dan por hecho que las economías tanto del país norteamericano como el Viejo Continente entrarán en depresión a finales de año por la inflación

EEUU y Europa ponen fin a la recuperación postcovid y se encaminan a la recesión

El presidente de España, Pedro Sánchez, junto al líder de EEUU, Joe Biden | Europa Press

Los pronósticos cada vez están más claros y apuntan con nitidez a que más pronto que tarde tanto Estados Unidos como Europa entrarán en recesión. El nerviosismo de los mercados en los últimos diez días (el Ibex 35 se ha desplomado un 9%) es solo el síntoma claro de que la economía se ha gripado tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Las elevadas tasas de inflación están obligando a todos los países a tomar decisiones rápidas y contundentes para frenar la escalada de precios. Unos movimientos que continuarán y llevarán a caídas de PIB. Unos retrocesos que pondrán fin a la recuperación postcovid.

Los expertos consultados por THE OBJECTIVE vaticinan que la economía de EEUU se situará en recesión a finales de este año, al igual que buena parte de los países europeos -principalmente Alemania, Francia e Italia-. España podría salvar los muebles, pero su crecimiento se verá fuertemente castigado.

Cada día que pasa, las dudas son menores y el riesgo a una nueva depresión en los motores de la economía mundial se está convirtiendo en certezas. Las palabras del presidente de uno de los mayores bancos del mundo hace unos días resumen cuál es la sensación que tienen los inversores. El máximo ejecutivo de Morgan Stanley, James Gorman, advirtió de que hay un 50% de probabilidades de que EEUU caiga en recesión. Un porcentaje que se queda corto a juicio de otros. Desde Rabobank se da por hecho que ésta llegará, aunque la trasladan a 2023.

Los peores temores ni siquiera se esconden en la Casa Blanca. La Administración de Joe Biden admite que el riesgo está ahí, aunque todavía es evitable si se adoptan las medidas necesarias. Unas medidas que van dirigidas a contener cuanto antes una inflación desbocada por la espiral de los salarios y el coste de los productos energéticos. La Reserva Federal ha tenido que dar un paso al frente y subir una tacada los tipos de interés 75 puntos básicos. Su presidente, Joreme Powell, considera que esta decisión causará un cierto dolor económico y alerta de que será un reto que haya un aterrizaje suave de los precios sin dañar el empleo.

Recesión no prolongada en EEUU

Pero, a diferencia de las expectativas para Europa, los expertos vaticinan que la recesión en EEUU no será prolongada. Indican que la inflación pasará de una tasa superior al 8% actual al entorno del 2% objetivo en un periodo corto de tiempo. La actuación contundente de la Reserva Federal, que volverá a subir el precio oficial del dinero en próximas reuniones, servirá para curar las heridas. Y una vez suceda esto, que se estima que será a mediados o finales de 2023, la economía estadounidense estará preparada para otro despegue. Una reactivación que se sustentará, incluso, con bajadas de tipos de los tipos de interés.

Por el momento, según los últimos datos, la economía de EEUU ya dio el primer susto en el primer trimestre, cuando el PIB se contrajo un 1,4%, como consecuencia de los primeros impactos negativos de la guerra de Ucrania. Unos efectos que se añadían a las dificultades en las cadenas de suministros y a una distorsión en el mercado laboral que está obligando a los empresarios a pagar sueldos elevados para encontrar mano de obra. A todo este cóctel ahora se unirá el más que probable hundimiento de las exportaciones por la ralentización mundial y el encarecimiento del dólar.

Un antiguo economista de Deustche Bank, David Folkers, aseguraba recientemente que «los riesgos que acechan a la coyuntura se aprecian con total claridad y señalan a un fuerte descenso de la actividad con amenaza severa de recesión».

La situación de Europa es más compleja que al otro lado del Atlántico. Primero, porque está más expuesta a la guerra de Ucrania. Buena parte del Viejo Continente depende en gran medida del gas y el petróleo ruso. Un hecho que añade presión al sistema económico de la zona. Y segundo, porque el BCE no actúa con la misma contundencia que la Reserva Federal de manera general por los distintos intereses y necesidades de los estados miembro.

Aún así, el banco central ha dejado claro que este julio llevará a cabo la primera subida de los tipos de interés. Un alza que, a priori, será más tímida que la llevada a cabo en EEUU. Aunque ya hay expertos que aseguran que al BCE no quedará otro camino que ser más agresivo y aumentar 50 puntos básicos el precio oficial del dinero dentro de unas semanas.

Si las probabilidades de que EEUU entre en recesión son altas, en Europa son similares. Una reciente encuesta de Bank of America auguraba que el 54% de los gestores de fondos veían al Viejo Continente en depresión en los próximos doce meses. Una situación que además se iba a combinar con un coste de la vida por las nubes. Algo que técnicamente se denomina estanflación.

Estos malos augurios ya fueron expuestos por el FMI en sus últimas previsiones. En ellas, daba por sentado que en la segunda mitad de este año tanto Alemania como Francia e Italia iban registrar descensos prolongados de su PIB. El organismo internacional apuntaba entonces, en abril, que veía difícil que estas naciones, especialmente la germana, escapara de de la recesión. Y señalaba que de las grandes potencias europeas, salvo España, ya habían dejado de crecer. Todo un aviso que está más cerca de ser una realidad.

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