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Laura Agustí o cómo superar la muerte de su gato a través del arte

‘Historia de un gato’ es un relato ilustrado en el que la autora vuelca la vida que compartió con su felino y que sirve de terapia para superar el dolor de su pérdida

Laura Agustí o cómo superar la muerte de su gato a través del arte

Página interior del libro 'Historia de un gato' | Cortesía de Editorial Lumen

Quienes nunca han compartido su vida con un animal puede que no alcancen a entender la dimensión del vínculo que se crea con ellos. Durante la vida de un perro o un gato se va gestando una relación que se va estrechando. Sin embargo, superar su pérdida supone gestionar unos sentimientos intensos que en pocas ocasiones se nos han explicado. Laura Agustí lo sabe bien: convivió con Oye, su gato siamés, durante 17 años y su muerte la llevó a transitar por diferentes fases del duelo. Todo esto lo cuenta en Historia de un gato (Lumen), un relato ilustrado con el que es imposible no empatizar.

Historia de un gato se vuelve terapia, cura y homenaje. «Quería contar la historia de mi gato y para explicar mi relación con los animales tenía que hablar de mi infancia en un pueblo de Teruel para que se entienda que crecer cerca de la naturaleza influye en la percepción de las cosas», cuenta la ilustradora.

Amante de los animales en general, estos felinos son sus favoritos. Con la explosión de las redes sociales, los mininos se han hecho un hueco en ellas por sus actitudes, maneras y movimientos. Ocupan millones de publicaciones y hay quien puede pasar horas viendo vídeos protagonizados por ellos. Pero la popularidad de los gatos no es cosa de ahora: en el Antiguo Egipto eran adorados como símbolos de divinidad, fertilidad y protección, en China creen que atraen la buena suerte y la abundancia y en algunos países matar a uno podía acarrear un severo castigo.

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Portada de ‘Historia de un gato’ | Lumen

Estos animales de maneras elegantes han llamado la atención de los artistas desde hace siglos. Laura Agustí cree que «se asocian con artistas y pintores porque son profesiones creativas que se desarrollan en la intimidad, profesiones solitarias que nos llevan a tener animales para que nos acompañen». En cualquier caso, artistas como Leonardo da Vinci, Alberto Durero, El Bosco, Lorenzo Lotto, Clara Peeters, El Greco, Velázquez, Goya o Picasso los incluyeron en sus obras. También han protagonizado cómics como Krazy Kat, de George Herriman, Fritz, de Robert Crumb, o Garfield.

«Un gato te educa a ti para que hagas lo que él quiere»

Laura Agustí, autora de ‘Historia de un gato’

Al contrario de lo que ocurre con los perros, seres a los que hay que educar de manera estricta y usando siempre los mismos códigos, a los gatos nunca los domesticas por completo: «No les enseñas a usar la arena, lo hacen por instinto. Un gato te educa a ti para que hagas lo que él quiere», apunta. En este relato Agustí vuelca su experiencia con Oye y va intercalando páginas en las que aporta información histórica y otras en las que proporciona algunos consejos sobre cómo acoger a un cachorro en casa, cómo intentar que conviva con otro gato o cómo prepararle para la llegada de un perro a su territorio.

Laura Agustí | Foto: Sandra Rojo cedida por Lumen

Incluso añade una página en la que recoge las fases del duelo que supone la pérdida de un ser querido. «Cuando me va a pasar algo me gusta buscar información y quería saber cómo procesar la pérdida de un animal. Por eso creo que el libro funciona, porque la gente se siente reflejada», opina. Su historia con Oye fue una relación que duró 17 años. Cuando a los 15 le diagnosticaron insuficiencia renal, Agustí comenzó un periplo por diferentes clínicas veterinarias en busca de un diagnóstico diferente, pero todos coincidían. «Cuando se lo diagnosticaron no me lo podía creer. Con tu primer animal de compañía no piensas en su final, sabes que no es eterno pero no piensas en su muerte», recuerda.

Así, la autora empezó a trabajar en su propio duelo antes de la pérdida de Oye, sentía la necesidad de retenerlo de algún modo. «Ya antes le hacía muchas fotos y dibujos pero empecé a compartir el proceso en las redes sociales y mi historia conectó con la de otras que estaban pasando por lo mismo o lo habían pasado ya». Cuando, dos años después, Oye murió, Agustí se encontraba enfrascada en otro libro pero casi de inmediato supo que tenía que contar su historia. «Fue muy duro, me dejaba la parte de la muerte para el final porque me costó meses mirar sus fotos sin llorar», asegura.

«La gente que no tiene animales no entiende que se puede conectar tanto con un animal (…) pero con mi gato he convivido mucho  más que con algunas personas de mi familia»

Laura Agustí, autora de ‘Historia de un gato’

Agustí cree que «una pérdida te conecta con otras y al mismo tiempo me prepara para la pérdida de mi perro, que está mayor», lamenta. En este sentido, «la gente que no tiene animales no entiende que se pueda conectar tanto con un animal. Parece exagerado compararlo con el duelo por la muerte de una persona pero con mi gato he convivido mucho  más que con algunas personas de mi familia», se sincera.

Convivir con un gato «te enseña a ser responsable, a cuidar y a desprenderte de lo material». Esto último tiene una explicación coherente: «Con un cachorro en casa los bienes materiales pueden durar muy poco», bromea. Sin duda, ese uno de los aspectos que más suelen complicarse pues un cachorro tanto de perro como de gato tiende a morderlo todo. Aunque el cachorro tenga sus juguetes está claro que hay algo que les llama más la atención: tus zapatillas. 

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Página interior del libro ‘Historia de un gato’ cortesía de Lumen

Cuando Oye murió la pareja que entonces tenía Agustí adoptó a un perro y esta nueva responsabilidad de tener que sacarlo al parque le llevó a cambiar el foco de su malestar y a «ponerlo en el cuidado de otro ser». Fue terapéutico. «Al final, tu foco deja de estar en ti para trasladarlo  a quien estás cuidando». Con el paso del tiempo, Laura Agustí ha conseguido superar el duelo y ha adoptado a Petrusca y Señora, dos gatas adultas con las que convive.

En definitiva, Historia de un gato es «un relato autobiográfico que ha servido a su autora como terapia y en el trayecto ha conseguido que muchos empaticen con este relato sincero que, en cierto modo, ayuda a superar la pérdida de una mascota».

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